domingo, 20 de noviembre de 2011

20-N VOTANDO DESDE EL ATEISMO POLÍTICO

Hoy nuevamente y gracias a la democracia que se disfruta en este País, me encuentro ante la encrucijada de votar en unas elecciones generales.

Previamente dejar bien clara mi condición de demócrata y republicano, justo por ese orden y uno consecuencia del otro. Me explico, cuando se es profundamente demócrata no se puede ser monárquico y dejar al albur de la genética ningún tipo de gobierno, como ciudadano reclamo para mi todo el derecho a confundirme al escoger cualquier tipo de gobierno y de gobernante.

Mi ateísmo político radica en la desconfianza en toda la clase política de este país, no los creo honrados ni me creo que sus verdaderas intenciones sean las que esbozan en sus cada vez mas exiguos programas electorales, unos por acción y otros por omisión.

Por acción véanse todos las corrupciones y corruptelas que salpican a todos los grupos políticos, (¿cuantos de los acusados y condenados en este país por corruptos una vez pagada su culpa han vuelto a una condición igual o peor que antes de su dedicación a la política?) y también a todos los funcionarios de partido que se afincan en ellos, sin mas profesión conocida que la de una interesada militancia y una sobresaliente habilidad para manejarse entre congresos, manteniendo siempre su condición de funcionario del partido, salga la ejecutiva que salga, ellos siempre mantienen un cargo discreto pero bien remunerado.

Por omisión, que para mi es lo que me parece mas grabe y lo que me hace no albergar apenas esperanzas de regeneración, es que los que se dicen honrados, los que presumen de honestidad pero no hacen nada para cambiar las leyes lo suficiente para que los que se dediquen a la política, les traiga mas cuenta ser honrados que corruptos y no siga dando la impresión de que vale la pena, ya que el precio de ser corrupto es muy bajo. También me desespera el ver como ningún partido político haga nada por erradicar los profesionales de la política, los que no se les conoce otra profesión que la política, ya que a mi parecer la política no es una profesión, para mi es una voluntad de servicio al ciudadano y una vocación inquebrantable por mejorar la sociedad en donde vives, que debería de estar acotada en el tiempo para facilitar la evolución evitando inmovilismos e imprescindibilidades que una durabilidad indefinida podrían generar, de manera que todos estubieran al sevicio del pueblo y no del partido, convirtiendo a los partidos en los instrumentos democráticos para plantear las distintas soluciones a los problemas de los ciudadanos y no los ciudadanos los instrumentos de los que se valgan los partidos.

Bueno, después de lo dicho, espero superarme de este pesimismo y que en los proximos comicios recupere al menos un poco de la fé política que ahora me falta.

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