lunes, 20 de enero de 2014

HASTA LOS MISMISIMOS DE NACIONALISMOS

Como eran pocos ahora se suma J. M Sánchez Gordillo y proclama que Andalucía no es España. Pues no seré yo el que le lleve la contraria, pues puestos a proclamar, yo como buen asturiano no voy a ser menos y digo que " Asturias es España y el resto tierra conquistada".

Que mejor cosa para combatir la globalización que la atomización, llevemos los nacionalismos hasta el punto en que proclamemos la república de nuestra casa, y así se acabó el paro, pues seremos todos presidentes de la república o cuando menos ministros de algo.

Las señas de identidad existen desde el momento de nuestra concepción, en donde ya se elabora un mapa genético específico para cada uno, lo que lejos de separarnos nos hace coincidir con lo que les ocurre a todos los seres vivos de este planeta, lo que si que nos diferencia del resto de especies, es nuestra capacidad de aunar intereses para desarrollar sociedades complejas, pero ahora esta de moda desandar lo andado y ensalzar la competitividad, el individualismo y los elementos diferenciadores, denostando lo coincidente, la colectividad y el interés común.

Pero este mal no afecta a todos, mientras que los ciudadanos de a pié nos desesperamos en buscar señas de indentidad que nos hagan únicos, los que manejan los poderes económicos nos imponen una globalización, desde la que senos minimiza ya suficientemente, como para que nosotros se lo facilitemos mas aún, nuestra defensa no es buscando señas de identidad, si no todo lo contrario, buscando coincidencias desde las aunar esfuerzos para contrarrestar a los que nos minimizan desde la globalización.

No podemos permitirnos el lujo de enarbolar otra bandera que la del interés común, no podemos seguir perdiendo fuerzas gritando lo que nos diferencia entre los que padecemos los efectos de la globalización, mientras los otros nos igualan amiseriándonos a todos, unamos para combatir lo que nos empobrece y luchar contra los que nos explotan y nos expolian. Ya cunado ganemos esa batalla tendremos tiempo de pelearnos por parcelar la victoria y volver a permitir que nos dominen, haciendo se cumplan inexorablemente, los movimientos cíclicos que marcan nuestra historia.